HACIENDAS
Para entender la importancia que tenían las haciendas en el desarrollo económico, social y político de nuestra isla, sólo es necesario referirnos a los números que nuestra historia aporta al respecto. En el ensayo titulado Riqueza Azucarera: Una Fuente Olvidada para Nuestra Historia, Andrés Ramos Mattei señala que, "Es significativo que para 1902 [...] había en Puerto Rico treinta y nueve factorías centrales, de las cuales solamente siete habían sido establecidas despues de 1898, año en que las tropas norteamericanas ocuparon la isla". Según Ramos Mattei, este dato es muy significativos pues, "es más preciso que las cifras puestas en el censo de 1899, en donde figuran sin distinción '345 sugar mills' funcionando en esta fecha". A esto añade en una nota al calce que, para 1899, Cayetano Coll y Toste al menos reconoció un total de "249 haciendas" funcionando a través de toda la Isla (Caribbean Studies Vol. 13, No. 3, Oct. 1973, pp. 103-109). En esta sección podrás ver cómo lucen hoy algunas de ellas.
Colección de Jorge David Capiello-Ortiz. Fotos y otro material informativo son propiedad de Jorge David Capiello-Ortiz © 2013.
Colección de Jorge David Capiello-Ortiz. Fotos y otro material informativo son propiedad de Jorge David Capiello-Ortiz © 2013.
Hacienda Patricia de Ponce
Hacienda Bona Vista de Lares
Hacienda Pons (Antigua Buena Vista) de Lares
Antigua Hacienda Buena Vista, mejor conocida como La Hacienda Pons. Para tener un poco del contexto histórico de esta hacienda, es necesario trazar una retrospectiva que nos lleva hasta la llagada del mallorquín Juan Castañer a este pueblo. Juan Castañer Anglada fue mayordomo de Juan Colom en la Finca San José o Los Rábanos, como antes se conocía al poblado Castañer, consiguiendo así su primer pedazo de terreno donde luego fundó su tienda aproximadamente para 1866. De igual manera, Don Antonio Ozona (fundador de la Hacienda La Balear) y Don Pedro Pons (quien funda la Hacienda Buena Vista para el 1936, actual Hacienda Pons) fueron mayordomos de Juan Castañer a finales de la década del 1910. La oficial y total disolución de los Sucesores de Castañer, S. en C. se da mediante escritura otorgada el día 17 de febrero de 1938 ante el notario Don Erasto Arjona Siaca quedando así el Sr. Don Bartolomé Ozonas Castañer (nieto de Juan Castañer Anglada, e hijo de María Castañer y Antonio Ozona) a cargo de todos los activos y pasivos de la antigua sucesión. Explica Luis Edgardo Díaz Hernández en su libro, Castañer: Una hacienda cafetalera en Puerto Rico (1868-1930), que: "A cargo de la Sucesión se hallaba Ramón Castañer, hijo natural de Juan quien en los primeros años del Siglo XX asoció a dos de sus empleados de la Casa; los mallorquines don Pedro Pons y Miguel Alemañy con los cuales regentaron la firma comercial hasta que con motivo de la precaria situación económica motivada en gran parte por el ciclón San Felipe de septiembre de 1928, se disolvió la Sucesión haciendosé cargo el nieto de don Juan, Bartolomé Ozonas". Cabe añadir que posterior a San Felipe, la Isla vuelve a ser azotada cuatro años más tardes, el 26 de septiembre de 1932, por el huracán San Ciprián. Actualmente, la Hacienda Pons produce el esquisito Café Bartolo (nombre del barrio donde se encuentra) y se mantiene en funcionamiento bajo la administración de Juan José Pons.
Hacienda la Arbela de Yauco
Hacienda Santa Clara de Yauco
Hacienda Aceitunas de Maricao
Hacienda Grande de Naguabo
Hacienda María de la Familia Del Río en Morovis
Los origenes de esta hacienda en Morovis pudieran establecerse tan temprano como el 26 de octubre de 1865, momento en que un importante comerciante de posible origen catalán, llamado Juan Suro y Juliá, compra 250 cuerdas localizadas en el Barrio San Lorenzo, pertenecientes a Don Vicente Martínez. Para el 1849, además de desempeñar en varias ocasiones el cargo de consejal, Juan Suro era identificado como el principal comerciante de Morovis. Por otra parte, a aquellas tierras que eran consideradas como la tenencia principal de la Hacienda María le serían sumadas otras 600 cuerdas, compradas a Agustín Padró, situadas en el sector Buena Vista del Barrio Morovis. Es mediante hipoteca de esta estancia en Buena Vista que, Don Juan Suro consigue del Sr. José Borrell el prestamo de refacción con que inicia el proceso de mecanización de la Hacienda María. Lamentablemente, Suro muere el 14 de diciembre de 1870, quedando su viuda, Doña Encarnación Prado y Morales, a cargo de la finca que sería vendida debido a reclamos de ejecución hipotecaria levantados por Juaquina Juliá, viuda y heredera de Borrell, y posteriores deudas contributivas con el ayuntamiento. Es para entonces que Don Alonso del Río, un asturiano natural de Beloncio, provincia de Oviedo, entra al panorama de la historia de la hacienda. Con el establecimiento de una tienda y la prestación de dinero para el desarrollo agrícola de otras fincas, además de los favores que consigo trae el ocupar cargos públicos, este español incondicional acendío rapidamente. Ocupó el cargo de concejal en 1873 y el de síndico en 1875. En el 1878 es nombrado Primer Suplente de Juez de Paz, cargo que ocupa hasta el 1882, y el de alcalde en los años de 1880 y 1886. En 1896 vuelve a fungir como síndico y finalmente es nombrado Juez Municipal por dos términos: de 1890-1891 y 1891-1892. En el 1876, se registra la primera compra de terrenos de Don Alonso; a saber, una finca de 37 cuerdas que colinda por el norte con la Hacienda María. A éstas, se suman 56 cuerdas que son rematadas por Don Alonso en subasta pública mediante embargo a Doña Encarnación debido a las deudas contributivas antes mencionadas. Otras 78 cuerdas eran añadidas el 27 de nobiembre de 1888 como resultado de una compra a Don Cándido Menéndez Corrada, quien las había adquirido de igual manera mediante subasta y 185 cuerdas adicionales le fueron compradas a Doña Juaquina Juliá. De manera que, aquella finca de San Lorenzo, que había sido vendida en fracciones, poco a poco era reconstituida al punto de sumar 700 cuerdas según el Catastro de fincas rústicas para 1894. De ellas, 52 fueron destinadas a la siembra de caña, 14 al cultivo de café y 14 para frutos menores. Produjo moscabado y melazas, y contó con casa trapiche, casa pulguero, casa hornalla y casa batición (De: Hernández, Wilhelm. Morovis en la Isla, Vol 2: Sociedad y economía en el Siglo XIX, 1831-1899).
Hacienda los Torres de Lares
Hacienda Dos Ríos de Maricao (de Wilfredo Guilloty)
Hacienda Renacer (Antigua Hacienda Esperanza) de Lares
La residencia perteneció a Don Reynaldo Lopez de Victoria que nació en el 1844 y vivió en ella hasta el 1927, año en que muere. La casa era de dos plantas, fabricada con maderas del país y techada en zinc. Los altos de la casa fueron destinados para vivienda y los bajos se usaban como almacen. La maquinaria de la hacienda era movida por bueyes o por agua proveniente de un manantial que por medio de tubos se almacenaba en una pileta adyacente a las máquinas. También contaban con un glacis que ubicaba frente a la casona para el secado del café y cuatro casas destinadas para la vivienda de los peones permanentes de la finca. Durante el cambio de régimen entre España y Estados Unidos, producto de la Guerra Hispanoamericana, algunos grupos sediciosos amenazaban la seguridad de terratenientes españoles y en respuesta a la situación Don Reynaldo solicita ayuda a los americanos quienes instalan un campamento en su finca. Allí, ubicado a la falda del Cerro Borinquen, prepararon un lugar llamado Tiro al Blanco (donde es ahora la casa de Miguel Medina). En el 1953 la propiedad es adquirida por Don Antonio Gerena y su esposa Martina Centeno quien fallece en el 1963 y la deja en herencia a sus hijos Luis y Carmen Gerena. Carmen, posteriormente, adquiere la casa y reside en ella junto a su esposo Victor Guzmán para finalmente, en el 1994, pasar a manos de Edna Z. Guzmán, hija de Victor y Carmen. Actualmente, la Hacienda Renacer sirve como centro educativo y promueve mediante talleres el desarrollo emocional y personal.
Hacienda Carlota de Guayama
La Hacienda Carlota fue fundada en la década de 1850 por Don Wenceslao Viñas y para el 1860 contaba con una extensión de 741 cuerdas. El 24 de septiembre de 1883 fallece Don Wenceslau Lugo Viña dejando como sus únicos herederos a su esposa doña Eugenia Dausó y Marguet y a sus hijos. Es así como al año siguiente pasa a ser propiedad de Don Eduardo Lugo Viñas. La finca se localiza en el Barrio Machete de Guayama y su extensión para este entonces ya contaba con 1,100 cuerdas de las cuales tenía 400 destinadas para el cultivo de caña con una producción anual que alcanzó unos 1,850 bocoyes de azucar moscabado. Para 1902, bajo propiedad de la Sucesión W. Lugo Viñas la hacienda poseía una maquinaría procedente de la casa fabricadora Mirrlees Tait & Yaryan de Glasgow compuesta por 2 calderas multitubulares, 1 molino y su máquina, 10 evaporadoras, hornos para el bagazo verde, ventilador y 2 alambiques Egroot y Lasal. La placa que lleva su chimenea tiene como fecha de construcción el 1909 y, actualmente, son los únicos remanentes que quedan como testigos de su existencia, luego de que a un año exacto de tomadas estas fotos, el 25 de febrero de 2015, el molino se desplomó ante la inacción, incapacidad y falta de interés por parte del Municipio de Guayama y el Programa de Preservación Histórica del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
Hacienda Vives de Guayama
Localizada en el Barrio Machete de Guayama, aunque Luis Ferreras Pagán ubica su fundación para el 1860, momento en que inicia la mecanización de la hacienda, ya para el 1828 existía esta hacienda a la que se le conocía como Hacienda La Esperanza, propiedad del Sr. Don Juan Francisco Rivera, fundada por su abuelo Jacinto Texidor. Dicha finca constaba de unas 500 cuerdas cuyos límites lo eran el poblado de Guayama por el norte, los terrenos de la Sucesiones Matías Picó y Collazo por el sur, el camino de Machete que va hacia Barrancas por el este, y al oeste, el camino real de Jobos y la hacienda de Don Juan Augusto Blondet. Para el 1854, la hacienda había aumentado a 567 cuerdas alcanzando a colindar con la Sucesión Paul y la Hacienda Enriqueta de Arroyo por el noreste, perteneciente a Eduardo Lind y Susana Morse (hija de Samuel Morse). Contaba entonces de una casona, sembradíos de caña, dos edificios de central, un horno de cal, bombas para extracción de agua e irrigación y molino. Posteriormente, la hermana de Don Juan Rivera, Doña Isabel Rivera y Texidor, además de haber heredado parte de la finca, fue comprando pedazos de los terrenos hasta que finalmente adquiere la parte de su hermano y al casarse con Don Juan Vives de la Rosa la finca cambia al nombre de Hacienda Vives. En el 1892, la hacienda es vendida a los Hermanos Amorós, momento para el cual contaba de casona, carretería, cuarteles para peones, boyada, rancherías, siembra de caña (200 de las 567 cuerdas estaban destinadas al cultivo de caña con hasta 700 bocoyes de azucar moscabado al año), cinco marichales, bombas de sirop y un tren jamaiquino de cinco pailas para la producción de azucar, además de máquinaria de vapor adquirida entre 1860 y 1870, caldera multitubular de 90 caballos de fuerza y facilidades para la producción de ron. Luego de la invasión del 1898, la hacienda es comprada por Luce & Co, corporación que administraba la Central Aguirre y que, en el 1970, la vanden a la Autoridad de Tierras del Gobierno de Puerto Rico. Desde inicios de 1990 se tienen planes de habilitar el lugar como un museo dedicado a la caña.
Hacienda el Convento en Fajardo (Tren Jamaiquino)
Su fundador lo fue Don Guillermo Prunet y luego este pasa la propiedad mediante venta a quien aparece documentada por José Ferreras Pagán como Señora Viuda de Serra, propietaria a partir de 1886. Señala Ferrearas Pagán que es bajo propiedad y poder de la Señora Viuda de Serra que se construyen todos los nuevos edificios de mampostería y madera. También da los detalles técnicos de su maquinaria que cuenta con una caldera multitubular, un molino con su máquina, una eliminadora «Fletcher», dos centrifugas, batería sencilla y un alambique «Egroot». La extención de la finca para entonces constaba de 1,100 cuerdas de la cuales se cultivan para caña 250, con una capacidad de producción de hasta 2,500 sacos de moscabado centrifugado. Las fotos que se observan arriba corresponden a un posiblemente más complejo sistema de hornillas para hervir y evaporar guarapo de caña. Cuando se habla de tren para evaporar el jugo de la caña, nos referimos a una ilera de hornillas, sobre las cuales se colocaban unas pailas (como lo que se observa en las fotos) mediante las que se evaporaba el jugo de la caña hasta quedar cristalizado el azucar. Se conocen dos tipo: uno, llamado tren francés y posteriormente tren jamaiquino; el otro, un sistema anterior, popularizado hasta la segunda mitad del siglo XVIII, al que se le llamó tren español. El tren español consistía en hornillas con fuentes caloricas independientes, mientras que el llamado tren jamaiquino consistía en varías hornillas interconectadas por un tunel llamado cañon y que compartía una sóla fuente calórica para todas las pailas. Este proceso, aunque más lento, evitaba la excesiva utilización de maderas que era sistituida por bagazo para alimentar el fuego.
Hacienda María en el Barrio Barinas de Yauco
Conversando con el Sr. Hector Andrés Negroni, éste nos cuenta que, de acuerdo con el Dr. Francisco Lluch Mora, esos terrenos formaron parte del hato que fuera propiedad de la Familia Pacheco de Matos, descendientes de Don Fernando Pacheco de Matos, fundador del pueblo de Yauco en 1756. Según Don Hector Andrés Negroni, en los protocolos notariales de la epoca se detalla que Don Antonio Francisco Negroni Mattei compró gran parte de los terrenos de la Familia Pacheco de Matos en el Barrio Barinas para establecer su Hacienda Florida. En el censo de riqueza de Yauco para el año 1846 se encuentra que esta hacienda era la más grande de Yauco con una extension de 940 cuerdas, trabajada por 38 esclavos y con un capital declarado de 23,661 pesos. Para irrigar la Hacienda Florida, Don Antonio Francisco Negroni Mattei mandó a construir en 1850 una zanja de riego que atravesaba la población con una toma de agua del Río Yauco, al norte de la ciudad, hasta terminar en su propiedad. El alto costo de esta zanja lo obligó a vender la hacienda en 1851 a Don Juan María Antongiorgi quien la paso en herencia a su hijo, Ángel Antonio ("Angelino") Antongiorgi y su esposa Lucia Boagna. Sin embargo, en el libro Biografía de las riquezas de Puerto Rico, publicado en el 1902 por José Ferreras Pagán, la Hacienda Florida y la Hacienda María aparecen como dos fincas distintas; una ubicada en el Barrio Sur del pueblo (Hacienda Florida, 1000 cuerdas), cerca de la estación del ferrocarril, y la otra (Hacienda María, 700 cuerdas), ubicada en el barrio Barina Baja. También aparece que la venta fue en 1852 y que la finca pasa del poder de Don Francisco Negroni a Don Ángel Antonio Antongiorgi. Por otra parte, de la Hacienda María, nos dice Fereras Pagán que fue fundada por Don Juan María Antongiorgi quien aparentemente la vende pues, en "1896 pasó a la actual propiedad [Doña Amelia Antongiorgi], del poder de Don José Serrano". Otro detalle interesante es el hecho de que, al hacer referencia a los suministros acuiferos de ambas fincas, Ferreras Pagán mencione que la Hacienda Florida cuenta con "molino de viento para elevar agua de un poso", mientras que de la Hacienda María dirá que, "posee riego del río Yauco". Cabe señalar que Fumero, en su libro Hacienda Tokens of Puerto Rico, identifica monedas para ambas haciendas acuñadas en 1882 por la casa R.H. Heaton & Sons de Inglaterra. Éstas aparecen con la leyenda en el reverso que lee: "Antongiorgi Hermanos", pero en el anverso unas dirán: "Hacienda Florida, Yauco", y otros: "Hacienda María, Barina".
Hacienda El Plantaje de Toa Baja (Ermita de La Candelaria)
Aunque se le conoce como Hacienda el Plantaje al lugar donde se localiza la Ermita de La Candelaria, lo que se encuentra en la historiografía sobre este histórico paraje es que el verdadero nombre de la hacienda responde al de Hacienda La Candelaria; nombre de donde la hermita toma su homónimo. Ya para 1832, Don Pedro Tomás de Cordova en sus Memorias Geográficas, Históricas, Económicas y Estadísticas de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico menciona que: "El partido está dividido en los barrios de Candelaria, Pájaros, Río Lajas, tamarindo, Espinosa, Maguado, Bucarabón y Dorado". Muy probablemente, y como suele ocurrir en muchos casos, el origen del nombre de dicho barrio Candelaria surgiera del complejo agropecuario conocido como Hacienda La Candelaria. El nombre de El Palntaje más bien corresponde a la casa grande o casona de la hacienda, dato con el cual concuerdan tanto el Dr. Francisco Moscoso como el Dr. Ángel López Cantos. De esta hacienda hoy sólo queda lo que se conoce como la Ermita de La Candelaria. Ésta fue construida por el corsario Miguel Enríquez (1674-1742) posiblemente durante la década de 1710. Aunque cuando se habla de piratas y corsarios en nuestra historia, generalmente es Roberto Cofresí Ramírez de Arellano quien primero salta a la imaginación popular, es Miguel Enríquez la figura de mayor peso histórico e importancia para la Isla. Mulato, hijo de una ex esclava, Miguel Enriquez constituyó la figura más poderosa en el Puerto Rico de las primeras tres décadas del siglo XVIII. Según Francisco Moscoso, llegó a tener una flota de 300 barcos, 10 caballerías, 2,000 cuerdas de terreno que se extendían desde la boca del Río Bayamón hasta la boca del Toa. Poseía, además de la Hacienda La Candelaria, dos ingenios de azucar incluyendo el ingenio Santa Ana y llegó a ser amo de nada menos que 250 esclavos, una fábrica de casabe y una de tejas, cinco piezas de caña con 20,000 plantas, un platanal con 8,000 plantas, 10,000 varas para el cultivo de yuca, 500 reses, 200 cabezas entre caballos mulas y lleguas, 400 asnos, 300 cabras, 200 obejas e innumerables cerdos. Controló el comercio en una calle del Viejo San Juan donde tenía, además, 13 casas. Fue nombrado Capitán de Mar y Guerra por el Rey Felipe V y condecorado con el grado honorífico de Caballero de la Real Efigie. Se le reconoce también por rescatar a Vieques de las manos inglesas.
Hacienda la Matilde de Ponce
Perteneció al Sr. D. Juan Prats y aunque no tenemos por el momento la fecha exacta de su fundación, algunos datos interesantes sobre la Hacienda la Matilde lo son el hecho de que fue la primera finca inscrita de la Sección I de Ponce del Registro de la Propiedad, el 1 de mayo de 1880, con un valor de 36,000 pesos y a un costo de honorarios de 46 pesetas con 76 centimos (El Registro Informa). Además, según el educador, político e historiador Ramón Marín Solá (abuelo del ex gobernador Don Luis Muñoz Marín), en su libro Las fiestas populares de Ponce y La Villa de Ponce (1875), la Hacienda La Matilde fue la primera en Ponce en tener un sistema de riego movido por máquinas de vapor.
Hacienda Media Luna de Toa Baja (Chimenea) Familia Nevares
Su propietario lo fue Don José Nevares. Según José Ferreras Pagán, ya para el 1902, la Hacienda Media Luna se encontraba en avanzado deterioro y era factoría de moscabado aunque la misma se encontraba cerrada por moler las cañas en la Central Constancia. Su chimenea está fechada como que es del 1861. La extensión de sus tierras contaba con aproximadamente 300 cuerdas, de las cuales tenía fincadas alrededor de 60 cuerdas. Actualmente la finca está dedicada a la crianza de novillas de remplaso que luego sustituyen vacas lecheras para la empreza Tres Monjitas que fue creada el 21 de julio de 1918 por La Familia Fonalledas Córdova y dirigida por los hermanos Fonalledas: Jerónimo, Gerardo, Jaime y Rosita. Esta finca se encuentra al lado sur de la Carretera #22 de Bayamón a Vaga Baja, a la entrada de la Carretera #693, junto al Río La Plata. Al norte de la Carretera #22, entrando por la Carretera #165 hacia Toa Baja, se encuentra la casona que hoy pertenece a Oscar Nevares, hermano de Maga Nevares de Roselló. Por otra parte, la Suiza Dairy fue fundada por Hector G. Nevares en el 1942 y figuró como la compañía productora de leche más grande de Puerto Rico hasta que fue vendida en 1994 a Gregg L. Engles, un invercionista de Texas.
Hacienda Serrano de Juana Díaz (Últimos remanentes)
Hacienda Palés en Santa Isabel (Hacienda Pastor Díaz)
Hacienda Santa Elena en Toa Baja de la familia fonalleda
La Hacienda Santa Elena fue fundada por Don Juan Rijus Feduchi en el 1790. No sólo es el único ejemplo que queda en la Isla de una hacienda con trapiche de bueyes cuya fábrica o factoría tenía las bestias en el segundo nivel y el trapiche en el primer nivel, sino que es la única hacienda que data del siglo XVIII que queda de pie en todo Puerto Rico. Su segundo propietario lo fue el Dr. Figueras quien reedifico los establecimientos e importó una máquina de vapor para la década de 1830, siendo quizás la segunda máquina de vapor introducida en la Isla. En el 1890 la propiedad pasa a manos de Don Jaime Fonalledas quien aparentemente reestructura y refuerza nuevamente el edificio de la fábrica de azucar debido a daños causados por vibraciones a consecuencia de la máquina de vapor. Se cuenta, según el libro Biografía de las Riquezas de Puerto Rico, de José Ferreras Pagán, que la hacienda conservaba en sus almacenes una campana que pesaba 5 quintales y que, cuando se tañía, la misma se podía escuchar hasta Vega Baja y Bayamón. La extensión de sus tierras era de unas 500 cuerdas entre la jurisdicción de Toa Baja y Dorado, de las cuales tenía sembradas de caña unas 100 cuerdas que eran trabajadas por aproximadamente unos 50 empleados. (Lamentablemente, posterior al paso del huracán María, el día 20 de septiembre de 2017, el edificio de la fábrica de azucar desaparecio casi en su totalidad quedando menos del 10% de la estructura que se observa en las fotos. La casona quedó también seriamente dañada).
Hacienda Buena Vista en Ponce de la familia vives
La Hacienda Buena Vista, fundada por Salvador Vives Rodó en el 1833, funcionó originalmente como una estancia de frutos menores (en su mayoría plátanos) destinados a alimentar los jornaleros, peones y esclavos de las demás haciendas del entonces partido de Ponce. Una segunda etapa de producción es identificada con el hijo de Salvador y segunda generación de los Vives: Don Carlos María Vives. Éste, en 1847, monta una rueda hidráulica de cangilones y luego una turbina de reacción para mover sus dos molinos de maíz. Esta segunda etapa hace que la hacienda pase de una estancia de frutos menores a una hacienda destinada a la producción de harina de maíz en un momento en que la harina de trigo encarecía dado a las altas tarifas que imponía España sobre las harinas de trigo para proteger su monopolio de las mismas. Para esta época la hacienda llegó a contar con hasta alrededor de 50 esclavos e incluso se dedico a la venta de los mismos. Comenta Guillermo López Baralt, en su libro La Buena Vista: Estancia de frutos menores, fábrica de harinas y hacienda cafetalera (1833-1904), que a diferencia de muchas otras haciendas de la costa, en su mayoría azucareras, las condiciones del esclavo a la sombra de la montaña eran más favorables que en la árida costa y que incluso trabajaban con espadines y hachuelas. Una tercera etapa es identificada con el descenso de la etapa cafetalera de la hacienda y la administración de Don Salvador Vives Navarro, hijo de Carlos María Vives y nieto de Salvador Vives Rodó. Ya para inicios de siglo XX, luego de la Guerra Hispanoamericana, y con la crisis del mercado del café, la Buena Vista se ve obligada a cambiar nuevamente y se dedica a la producción de chinas y naranjas que se exportaban a la ciudad de Nueva York.
Hacienda Salvación de la familia pietri de yauco
La Hacienda Salvación de Yauco está localizada en el barrio Río Prieto. Su propietario lo fue el Sr. Pedro J. Pietri, quien en 1895 figuró como uno de los fundadores originales del Banco Crédito y Ahorro Ponceño junto a nombres como los de Francisco Lluch Barrera (Hacienda Engracia), Antonio Pérez Guerra y Rafael Collazo (Hacienda Carmelita y Semil) y otros como Lucas Amadeo, Juan Guillet, Juan Frías, Ulpiano Colón y Luis Muñoz Rivera.
Hacienda SANTA MARÍA DE LA FAMILIA Natali de yauco
La Hacienda Santa María es el nombre de lo que hoy se conoce como Hacienda Natali de más de cien años de construcción. Aunque siempre ha sido identificada con Yauco, la realidad es que se encuantra en Maricao pero con un único acceso por la Carretera 374 que divide ambos pueblos. Según Luis Pacheco: "Esto lo demuestran algunas cartas deterioradas que se encontraron en la hacienda luego del huracan George, que tenían fechas del 1897 dirigidas al Señor Natali padre. Los fundadores de esta propiedad lo fueron, Don Luis Natali Pietri y Doña Ana Bartolomei. Ambos llegaron de Corcega a finales del siglo XIX. Tuvieron numerosos hijos, los tres mayores eran de un matrimonio anterior de Don Luis. Estos eran, Luis Natali Lartiguau, Juan Natali Lartiguau y Lidia Natali Lartiguau. Segun nos contara Don Monserrate Fronteras antes de su fallecimiento, Luis y Juan Natali, tomaron rumbo hacia Santo Domingo y nunca regresaron. Doña Lidia Natali (la tercera hija) fallecio de 93 a 95 años de edad. Los otros hijos eran: Elena Natali Bartolomei, Benedicta Natali, Luisa Natali, Eugenio Natali, Antonio Natali, Francisco Natali, y Mariana Natali. Doña Luisa Natali Bartolomei era la madre de Gaspar Roca Natali, quien trabajo en el Periodico El Vocero, y falleciera hace varios años atras. Eugenio contrae nupcias con Sara Franseschi y de ese matrimonio nace Sarita Natali". Otro apellido estrechamente ligado a esta familia lo es el apellido Agostini, a quienes perteneció la Hacienda Piña de Don Ángel Pedro Agostini Natali. A este último, según el libro Hacienda Tokens of Puerto Rico (Fumero y Fumero, p. 190) se le adjudica la invención de una tahona o máquina para despulpar y lustrar café "más efectiva". Por otra parte, el libro Yauco y sus barrios: Hacienda Cultural, de Eloisa Grau, adjudica la proesa a un Don Andrés Agostini quien: "estableció un almacén y la primera desmontadora de algodón en Puerto Rico en la calle Mattei Lluberas [...] experimentado y rico comerciante de gran creatividad, inventó la máquina para pulir y limpiar café lo que revolucionó la industria" (Grau, p. 101).
Hacienda María de la familia masini de yauco
La Hacienda María o, como actualmente se le conoce, Hacienda Masini, fue originalmente propiedad de Mariano Bartolomé quien la vende a la Familia Fraticelli en 1865. Posteriormente, estas tierras son adquiridas por los Hermanos Pietri a mediados de los 1870's. Es así como Juan Masini Pietri, natural de Córsega, llega a ser dueño de la misma. Hijo de José Masini Antonorsi y María Pietri, llega a Puerto Rico en 1883 y adquiere la Hacienda por medio de su tío Domingo Pietri. Se casa con Ángela Rafaela Molini Ruiz, hija de Don Antonio Molini Benigni y Monserrate Ruiz Monte de Molini. Junto a líderes masones como Don Juan Vicéns y los licenciados Carlos del Rosario y José G. Torres funda el Banco Masónico en 1918 y, junto a Don Rafael Mejía, Don Ernesto Lopez Ballester, Don Domingo Vivaldi, Don Tomás Molini y Don Mariano Molini funda la cooperativa Cafeteros de Yauco en 1924. Éste nace el 3 de julio de 1873 y muere en Santurce el 24 de marzo de 1937. Según Gabriel Amill Millán, "Una vez que la visité me atendió José Masini, heredero de la hacienda y era Director de la Autoridad de Tierras. En esa ocasión me enseñó la habitación y la cama donde durmió la poeta Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura. Durante su estadía, la Nobel le escribió un hermoso poema a la montaña cafetalera de Yauco. El dueño original de esta hacienda fue Silvestre Fraticcelli, su hijo se casó con mi tía abuela, Antonia Amill".
hacienda río prieto de LA FAMILIA MOLINI DE maricao
Junto a la ventanilla de pagar a los obreros que trabajaron en el cosecho de café para esta hermosa hacienda se puede leer una placa que dice: "Río Prieto, 1906", aludiendo a la fecha de fundación pero la misma fue originalmente llamada Hacienda Gloria. Aún así la historia de los Molini en Puerto Rico es mucho más antigua. Naturales de Córsega, Antonio Molini Benigni y Alejandro Bartolomei Tully forman la sociedad Bartolomei-Molini y Cía. llegando a poseer más de 1,100 cuerdas además de una tienda de comestibles en Yauco. Más adelante, Tomás Molini Ruiz (hijo de Antonio Molini Benigni y Monserrate Ruiz Monte), se casa con Hercilia Mejía Nigaglioni, hija del hacendado Manuel Mejía, dueño de la Hacienda Cantera y alcalde de Yauco en el 1889. Se dice que la primera cooperativa de productores de café, llamada Cafeteros de Yauco, fue fundada para el año 1924 y entre sus fundadores se encontraban Don Juan Masini, Don Domingo Vivaldi, Don Tomás Molini y Don Mariano Molini, entre otros (Grau, Yauco y sus barrios, p.101). Hoy día la hacienda pertenece al matrimonio de Hugo Díaz Molini (nieto de Tomás y Hercilia) y su esposa Mildred Jordán quienes la rescatan en el 1994.
Hacienda Fortuna de Maricao
El fundador de la familia Negroni en Puerto Rico fue Antoinne Francoise de Negroni nacido en 1794, en el Castillo de San Colombano, y muere en Yauco el 2 de abril de 1861. Desde su llegada a Puerto Rico cambia su nombre a Antonio Francisco Negroni Mattei. En 1840 funda la Hacienda Florida en las afueras de Yauco y ya para el 1851 contaba con 41 esclavos. Fue un gran cultivador de café y poseyó varias haciendas. Su hacienda cafetalera La Fortuna, en el barrio Indiera Alta de Maricao, fue heredada por su hija Maria Luisa y por medio de matrimonio paso a manos de la familia Lluch. Existen registros y censos que documentan el matrimonio entre Francisco Lluch Barrera (1851-1913), quien fuera alcalde de Yauco en el 1895 y 1897, dueño de la Hacienda Engracia de Maricao, y una joven de nombre Maria Del Gordils Negroni nacida en Yauco el 29 de julio de 1863. De esta unión nace Francisco Luch Negroni quien tuvo una tienda de almacen en la Calle Comercio frente a la Plaza Washington. Luego esta hacienda pasó a los Natali por matrimonio y así a los Roca Mattei (primos del original propietario, Don Antonio Negroni Mattei). El actual propietario de la Hacienda Fortuna lo es Francisco Alberto Ortiz Roca, también conocido por el título de Marqués de Lises, hijo de Francisco Ortiz Irizarry y Aurea Roca Mattei. Esta última es prima hermana del abuelo de la Sra. Jeannette Cabrera Molinelli quien muy amablemente suministró esta información y que luego fuera confirmada por este servidor en visita personalmente a la Hacienda Fortuna.
hacienda la balear de adjuntas
La Hacienda La Balear se encuentra ubicada a orillas del Lago Guayo en la porción del poblado de Castañer que hoy pertenece a la municipalidad de Adjuntas. Su propietario y fundador lo fue Don Antonio Ozona quien comenzó siendo mayordomo de Juan Castañer Anglada y luego fue socio de la "Sucesión de Castañer Hermanos". Así comenzaron muchas otras haciendas del área. Juan Castañer fue mayordomo de Juan Colom en la Finca San José o Los Rábanos, como antes se conocía al poblado Castañer, consiguiendo su primer pedazo de terreno y donde fundo su tienda. De igual manera, Don Antonio Ozona y Don Pedro Pons (quien funda la Hacienda Buena Vista, actual Hacienda Pons) fueron mayordomos de Juan Castañer a finales de la década del 1910. La oficial y total disolución de Sucesores de Castañer, S. en C. se da mediante escritura otorgada el día 17 de febrero de 1938 ante el notario Don Erasto Arjona Siaca quedando así el Sr. Don Bartolomé Ozonas Castañer (nieto de Juan Castañer Anglada, hijo de María Castañer y Antonio Ozona) a cargo de todos los activos y pasivos de la antigua sucesión. Explica Luis Edgardo Díaz Hernández en su libro, Castañer: Una hacienda cafetalera en Puerto Rico (1868-1930), que: "A cargo de la Sucesión se hallaba Ramón Castañer, hijo natural de Juan quien en los primeros años del Siglo XX asoció a dos de sus empleados de la Casa; los mallorquines don Pedro Pons y Miguel Alemañy con los cuales regentaron la firma comercial hasta que con motivo de la precaria situación económica motivada en gran parte por el ciclón San Felipe de septiembre de 1928, se disolvió la Sucesión haciendosé cargo el nieto de don Juan, Bartolomé Ozonas". Actualmente, la Hacienda La Balear pertenece a Don Felipe Ozonas y se dedica a la producción de café y chinas que se exportan a Estados Unidos. Hoy la Hacienda Pons (antigua Hacienda Buena Vista) es otra de las tantas que, junto a La Balear, se mantienen en funcionamiento.
Hacienda castañer Hermanos de lares
Hacienda Castañer de Lares. Fue fundada por el mallorquín Juan Castañer Anglada quien, junto a su hermano Antonio, forman la sociedad "Castañer Hermanos". Luego del 1898 Juan regresa a Mallorca y se disuelve esta sociedad quedando a cargo de la empresa los "Sucesores de Castañer Hnos". Dice Luis Edgardo Díaz Hernández, en su libro Castañer: una hacienda cafetalera en Puerto Rico (1868-1930), que se identifica como inicio y posible fundación de la hacienda los años entre 1866 a 1868 por ser estos los registros más antiguos de los que se tiene conocimiento según archivos encontrados en la Hacienda La Balear; lugar donde se encontró toda la documentación sobre la Hacienda Castañer. Ya para el 1914, la sociedad conocida como Sucesores de Castañer Hnos. posee un total de 2,441.25 cuerdas de terreno, de las cuales 1,500 estaban destinadas al cultivo de café.
Hacienda Santa Bárbara de Bayamón (restos)
Restos de la Hacienda Santa Bárbara de Bayamón que perteneciera a Don Guillermo de Chabert y Josefa Oller y Cestero, hermana del pintor Francisco Oller (Conversación con: José Chabert, tataranieto de Josefa Oller). Fue esta la famosa Santa Barbara donde Francisco Oller pasara años de su vida y de donde proviene la inclinación por el tema de la caña de azucar como se puede observar en obras como Hacienda la Fortuna, Hacienda Aurora y Trapiche meladero, entre otras. Sólo quedan las ruinas de una escalera en ladrillos y la chimenea. La misma está localizada en el sector La Cambija de Bayamón muy cerca del nuevo parque lineal. Esta chimenea puede ser una de las más antiguas en toda la isla. Gracias a un plano con las colindancias de la hacienda, fechado en 1ro de abril de 1828, se puede constatar que al menos ya existía para esta fecha. Al Noreste de dicho mapa, se puede observar la colindancia con la Hacienda Santa Ana de Don Fernando Fernández. La foto en blanco y negro de este álbum fue la que ayudó a identificar la chimenea. La misma aparece en la página 19 del libro Cuaderno Histórico de Bayamón publicado por el Instituto de Historia y Cultura del Municipio de Bayamón y los derechos se adjudican al Programa de Publicaciones del Instituto de Historia y Cultura y del Museo de Historia y Arte de Bayamón © 1983.
hacienda santa ana de bayamón
La Hacienda Santa Ana fue fundada por Don Fernando Fernández, un capitán de navío y familiar del Marqués de La Esperanza, Don José Ramón Demetrio Fernández y Martínez. La misma fue dada en calidad de obsequio por parte de la corona española y contaba con una extensión de terreno de 2,400 cuerdas. Ya para 1845, luego de enfrentar un periodo de dificultades, la finca consta de 1,000 cuerdas. Aunque la Hacienda Santa Ana fue fundada a finales del siglo XVIII, y su molino tiene fecha de construcción en el año 1827, ya para el siglo XVI se conoce de la existencia de dos trapiches en la cercanía del Río Bayamón pertenecientes a Don Gregorio Santaolaya. Uno de estos era un trapiche hidráulico construído en 1549 bajo el patronazgo de nuestra Señora del Valle Hermoso y otro, uno anterior, que fue construído en el 1548 bajo la advocación de Santa Ana para ser movido por bestias ya fueran bueyes o caballos. Al día de hoy, la Hacienda Santa Ana embasa el alcoholado Santa Ana y alberga la destilería del famoso Ron Barrilito desde el 1880.
HACIENDA YRURENA DE MOCA (CASTILLO LABADIÉ)
Hacienda Yrurena de Moca también conocida como el Castillo Labadié (Lavadí) o Palacete de Los Moreau. El nombre de la hacienda proviene del vasco "Hiruren" que significa "de los tres" por los tres hermanos de la familia Pegeot (Pellot) que originalmente fueron propietarios y que eran naturales de Guipúzcoa, País Vasco, España. Originalmente Don Pedro Pegeot la fundó como hacienda de café entre 1806 y 1809. En 1860 pasó a Don Juan Pegeot quien instaló un trapiche de bueyes con cilindros de madera. Finalmente, terminó siendo de Juan Labadié quien la administra desde 1875 y la adquiere en el 1878. Gracias a su apellido es que tiene el nombre con que se le conoce hoy al palacete. Para el mes de marzo de 1902 se le instala una maquinaria de vapor que fue comprada a la desaparecida Hacienda Tiopolis de Rincón y se mantiene cultivando café y caña indistintamente. Para ese entonces sus tierras tenían una extensión de 1,292 cuerdas de las cuales alrededor de 50 eran dedicadas al cultivo de caña. Esta hacienda es la que, bajo el nombre de Hacienda Palmares, da lugar a la novela La Llamarada (1935) de Enrique Laguerre. Hoy, las cenizas del novelista descansan en sus terrenos bajo la sombra de un roble.
hacienda la monserrate de manatí (Halftone Print, 1926)
La Hacienda Monserrate de Manatí inició operaciones en 1863 y se mantuvo funcionando hasta el 1972, año en que cerró y fue desmantelada. Su fundador lo fue Don Salvador Calaf, casado con doña Petrona Vega y padre de Federico Calaf quien, a su vez, tuvo dos hijos, Jaime y Federico. Salvador Calaf llega a Puerto Rico, junto a su hermano Jaime, en 1833 para hecerse cargo de una pulpería o casa de comercio que un tío deja en herencia a su madre, la Sra. Rita Serra. En el 1841, los hermanos Calaf, comienzan operaciones comerciales en Manatí y poco a poco van adquiriendo algunas fincas. La primera fue una finca de 50 cuerdas con trapiche de bueyes y una fábrica para la producción de azucar que, unida a otros terrenos, registró como Hacienda Francés. Adquirió también la Hacienda Carmen de 172 cuerdas con máquina de vapor, fábrica para procesamiento y todo lo necesario para la producción de azucar. También compra la Hacienda Rincón, La Rincón Grande y la Hacienda Tamarindo en el barrio Bajura que pertenecía a Petrona Vega con quien ya tenía una relación consensual. De la compra de otros terrenos funda la Hacienda Victoria y luego compra la Hacienda Candelaria, todas ellas entre los barrios Bajura y Río Arriba. Para 1899 se completa el proceso de mecanización y transformación en Central que había comenzado en 1884. Así al terminar el siglo XIX, la ya Central Monserrate, contaba con quinientos obreros y 1,600 cuerdas de terreno, de las que 900 estaban destinadas al cultivo de la caña (Ángel L. Vázquez Medina, La Hacienda Monserrate de Manatí).
HACIENDA SAN JOSÉ DE CAGUAS
La Hacienda San José de Caguas se localizaba en el barrio Cañabón en los terrenos de lo que hoy se conoce como El Jardín Botánico y Cultural de Caguas William Miranda Marín. Su propietario lo fue un abogado español proveniente de Cataluña llamado Antonio Guarch y que, además de la hacienda y el molino de azucar, tenía su oficina legal en Caguas. Actualmente, se pueden observar las ruinas de la fábrica de azucar, la chimenea, un trapiche con masas de hierro y uno con masas de madera (este último posiblemente de la Hacienda Las Catalinas), ambos para ser movidos por bueyes, una grua de cañas, un poso y un barracón de esclavos, entre otras cosas. La casona original no se conserva. En conversación con el Sr. Jorge Vilá Sellés, encargado de la seguridad del parque, éste nos comentó que la casona se encontraba en los terrenos de la urbanización que ahora se encuentra frente al Jardín Botánico.
ANTIGUO MOLINO HIDRÁULICO y CHIMENEA DE ALGUNA HACIENDA EN DETERIORO (POSTAL, 1911)
Hacienda Juanita de Maricao
En el libro Hacienda Tokens of Puerto Rico (Fumero y Fumero, p. 116) se hace referencia mediante nota a un trabajo titulado La contribución de los catalanes, baleáricos y valencianos, de Estela Cifre de Loubriel (ICP, p. 154). Dicho trabajo, según Fumero, adjudica a Eugenio Comas, nativo de Barcelona, ser el dueño original de esta hacienda. Por otra parte, la página web Hijos de Maricao, adjudica la fundación de la hacienda a un joven matrimonio proveniente de Córsega aunque no cita las fuentes de donde toma la información. Se sabe con toda seguridad que fue fundada en el 1834 y que la misma ha pasado a ser propiedad de varias suseciones entre las cuales destacan los apellidos Antonetti, Comas y Del Moral. Bajo administración de Don Francisco Del Moral (Don Paco), "hombre cabal adelantado a su tiempo tuvo en su empeño fundar de una pequeña escuela en los predios de la Hacienda y en la cual su esposa Doña Rosita y sus hijas Aurora y Rosalinda, enseñaban a los hijos de los agregados la cartilla fonética y labores artesanales" (Hijos de Maricao). Con la decadencia del mercado del café y la agricultura se hizo necesaria la reducción de sus operaciones y la segregación y venta de gran parte de los terrenos, que en su mejor momento llego a alcanzar una extención de casi 400 cuerdas. Finalmente, para noviembre de 1976, bajo la Compañía de Turismo de Puerto Rico paso a ser una hospedería con restorán y, en el 1982, el Capítulo de Puerto Rico del Instituto Americano de Arquitectos otorga al Arquitecto Puertorriqueño Otto Reyes el premio a la Excelencia en Arquitectura por su proyecto de restauración de La Hacienda. Hoy permanece cerrada tras la corporación Hernández & Cánovas, dueña de la hacienda, acumular una deuda que les obligó acogerse bajo el Capítulo 7 de la ley de quiebras. Entre los acreedores principales figuran el Banco Popular de Puerto Rico con $1.3 millones, la Compañía de Turismo con $47,000 y el Servicio de Rentas Internas Federal con $45,000.
MOLINO HIDRÁULICO DE UNA HACIENDA JUNTO AL RÍO CARIBE
La foto original de este molino aparece en la página 295 del primer tomo del libro Our Islands and Their People (1899) de William S. Bryan y fue tomada por el fotógrafo Walter B. Townsend. Aunque la foto lee, "Old sugar mill, Cacique River", este molino hidráulico no pertenece a ninguna hacienda del área conocida como "El Cacique" entre Luquillo y Río Grande. Más bien refiere al Río Loco del Sector Cacique en el Barrio Susúa Alta de Yauco. Según José A. Mari Mut: "De la aceña (el edificio con la rueda de agua) solo queda hoy la pared lateral más alejada del cauce del Río Loco; según vecinos del área, el resto del edificio fue destruido en 1975 por la creciente generada por el Huracán Eloísa" (José A. Mari Mut, Las fotos de Puerto Rico en Our Islands and Their Poeple).
hacienda la esperanza de manatí
Su fundador lo fue Don Fernando Fernández, natural de Santander, quien llegó a Puerto Rico a finales del siglo XVIII junto a su esposa, Doña Francisca Martínez Mena, natural de Santa Cruz de Tenerife. Éste fue el mayor de dos hijos siendo su hermano Don Manuel Fernández y Martínez, cuyos descendientes incluyen a don Edmundo B. Fernández, dueño de la destilería que produce el ron "Barrilito". Del matrimonio de Fernando Fernández y Francisca Martínez Mena nace en San Juan Don José Ramón Demetrio Fernández y Martínez el dia 22 de diciembre de 1804. Al cumplir los 11 años de edad, José Ramón es enviado a España para iniciar sus estudios, de ahí pasa a Inglaterra y, a la edad de 17, a Nueva York. Una vez finalizados sus estudios regresa a Puerto Rico en el 1826 y a principios del 1830 su padre funda la Hacienda La Esperanza y la pone bajo su administración.